3 de mayo de 2006

El Ayuntamiento prohíbe la vuelta de los vecinos al número 3 de la calle Alta

Los técnicos municipales y del Gobierno certificaron ayer el mal estado de dos pilares del edificio y exigirán a su dueño la reparación de los desperfectos
Malas noticias. Esto es lo que recibieron ayer los inquilinos y el propietario del edificio número 3 de la calle Alta. A la veintena de personas que viven en el inmueble les han prohibido su regreso. Y al dueño de los pisos, Francisco Abascal, le han comunicado que tiene que hacerse cargo de la reparación de los dos pilares dañados del edificio. Durante la mañana de ayer, técnicos del Ayuntamiento de Santander y del Gobierno de Cantabria inspeccionaron el estado del edificio. La conclusión del informe se resume en que los dos pilares podridos deben ser reforzados. El informe también indica que los trabajos correrán a cargo del dueño de la propiedad. Una vez notificado, éste dispondrá de quince días para presentar su propuesta de actuación. Mientras la recuperación de los pilares no se acometa, los vecinos no podrán regresar. La mayoría está instalada en los Apartamentos Aránzazu. El descontento es la tónica general, tanto por parte de los inquilinos, que están deseando regresar a sus hogares, como por parte del dueño. Francisco Abascal se encontraba ayer «desorientado. No entiendo nada y todavía no me ha dado tiempo a asimilar todo lo que está pasando».Hay varios puntos que asegura no comprender: en primer lugar, indicó que a él, en la tarde de ayer, aún no le habían comunicado nada relacionado con el arreglo de los pilares. «Cuando me llegue la notificación, lo primero que haré será enseñársela a mi abogado. Puede que tenga que hacer un informe técnico para ver cómo está realmente el edificio. Veremos si soy yo el responsable o no y en función de ello tomaremos una decisión».Abascal tampoco se mostró de acuerdo con el informe elaborado por el Gobierno de Cantabria sobre el estado del edificio. «No puedo entender cómo concluyen que los vecinos pueden volver a sus casas y unas horas después, por unas obras que estaban realizando en la bodega-restaurante del bajo del edificio, descubren lo de los pilares y vuelven a desalojar a todo el mundo», indicó. TestigosEl propietario señaló que los técnicos de la Administración regional «se aferran a que los testigos que colocaron hace veinte días no se han abierto, pero creo que no es razón suficiente».A este respecto, el jefe del Gabinete de la Consejería de Presidencia, Ordenación del Territorio y Urbanismo, José Luis Gochicoa, explicó que se ha comprobado que el número 3 de la calle Alta es ahora «tan seguro como antes del derribo de el 'Palacio del Mueble'», en el sentido de que «se encuentra en las mismas circunstancias que antes». Aseguró que lo «demuestra el estado de los testigos», que están «en la misma posición en la que fueron instalados», salvo uno «porque estaba mal colocado». «No ha habido ningún movimiento en lo que es el edificio», afirmó. Respecto a los pilares que aparecieron podridos, apuntó a la influencia de la humedad sobre la madera. «Unos pilares podridos no son de hoy para mañana, son muchos años en los que ha influido la humedad», indicó. Abascal aseguró sentirse «inquieto» debido a que «falta un informe en condiciones del edificio. No puedo aventurarme a arreglar los pilares y de repente encontrar con alguna otra sorpresa». Señaló que también influirá el presupuesto del arreglo, «no estoy seguro de que pueda afrontarlo. Depende de lo que haya que hacer». También apuntó que «me preocupan muchísimos los inquilinos». La mayoría «llevan viviendo aquí toda la vida. Me han visto crecer». Además, «hay gente con muy pocos recursos. Una de las vecinas tiene una pensión de unos 400 euros. ¿Qué va a pasar con estas personas si la estructura está más dañada de lo que se dice?». No fue mucho más optimista otros de los afectados, Francisco Muñoz, propietario de dos pisos en el número 7 de la calle Alta. Ni él ni su familia han querido volver a su casa, a pesar de que podrían estar viviendo allí desde el sábado. «Mi mujer y mi hija no se sienten seguras», afirma.Caja fuerte condenadaTambién apuntó que cuando fue a abrir la caja fuerte que tiene incrustada en la pared que lindaba con el 'Palacio del Mueble' le fue imposible. «Se ve que han debido de cargarse la parte de atrás de caja al tirar la pared y al cubrirla con poliestireno expandido se ha colado dentro de ésta y no se puede abrir. No lo haré hasta que no esté presente la Policía y un notario. Tenía dinero y joyas y no sé que quedará».
Oportunidad de negocio. Esto es lo que ha debido de intuir una constructora que se ha interesado por el edificio número 7 de la calle Alta. Tras el desalojo (de cinco personas) de dicho inmueble, provocado por el derrumbe del 'Palacio del Mueble' hace más de dos meses y medio, a uno de los propietarios de dos pisos, Francisco Muñoz, ya le han presentado una oferta de compra.Muñoz indicó que desde la oficina de información y atención a los afectados de la empresa pública Gesaicán «me han dicho que no nos van a arreglar nada del edificio porque consideran que los daños que sufre son anteriores al derrumbe del 'Palacio del Mueble'», algo que este vecino niega. En su día, «cuando unos ingenieros pretendieron entrar en mi edificio, les pedí que se identificaran. Al no hacerlo les impedí la entrada. Por eso ahora dicen que ellos no pueden certificar nada».Muñoz aseguró que «si el Gobierno regional se desentiende, los vecinos solos no podremos arreglar el edificio, así que me temo que no nos quedará más remedio que vender».La oferta hecha por la constructora «es para comprar el inmueble, tirarlo por dentro, y hacerlo nuevo», explicó Muñoz. Este es también el 'modus operandi' de la constructora gallega Anjoca S. A., que ha ido adquiriendo propiedades desde el año 2002. Según algunos vecinos del Cabildo de Arriba, los inmuebles adquiridos han sido los más deteriorados, «por lo que lo han hecho a precio de saldo». El objetivo de Anjoca es desarrollar un plan para recuperar la zona.

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