28 de abril de 2007

Ellas prefieren los nuevos métodos

El anillo vaginal y el parche anticonceptivo le están ganando terreno a la tradicional píldora. Los nuevos métodos se imponen por su comodidad y porque son una receta eficaz contra los temidos olvidos N. R. C.

Tienen la misma tasa de fallo y eficacia, efectos secundarios similares, pero proporcionan mayor tranquilidad y comodidad a las mujeres. Los nuevos métodos anticonceptivos como el anillo vaginal o el parche le están ganando la partida a la píldora. Un estudio realizado por el Círculo de Estudio en Anticoncepción muestra que el 61 por ciento de las mujeres prefiere uno de estos métodos de uso no diario antes que la tradicional pastilla.


En la encuesta, realizada entre 9.700 mujeres entre 18 y 49 años, el 46 por ciento prefiere el anillo vaginal mensual como método anticonceptivo, el 39 por ciento la píldora y el 15 restante recurre al parche semanal. La anticoncepción oral de hoy se parece poco a las primeras píldoras de los años 60. Las pastillas actuales contienen menos dosis hormonal, producen menos efectos secundarios, aunque su toma obliga a una disciplina de toma diaria difícil de cumplir para muchas mujeres.

El parche y el anillo vaginal ofrecen lo que no consigue la píldora, olvidarse de la toma diaria. «Contamos con métodos seguros y eficaces, ahora lo que pedimos son opciones que nos ofrezcan mayor comodidad», expresó la ginecóloga Esther de la Viuda, de la Sociedad Española de Contracepción, durante la presentación de la encuesta.


El anillo vaginal es un aro de plástico transparente, muy flexible, que libera de forma constante y controlada la cantidad hormonal necesaria para conseguir la anticoncepción. Se introduce fácilmente en la vagina como si fuera un tampón y, al igual que el parche, se mantiene durante tres semanas y se retira para permitir el sangrado. Su eficacia es comparable a los anticonceptivos hormonales orales más modernos, ya que la absorción vaginal es una de las mejores vías para asimilar fármacos, junto con la sublingual. No produce molestias gástricas y tiene un efecto neutro sobre el peso.




El parche hormonal también se diseñó para evitar los habituales despistes, este adhesivo libera progresivamente en la piel la cantidad necesaria de hormona para evitar la ovulación. Se mantiene durante tres semanas y a la cuarta se retira para que descienda la regla. Puede colocarse en la nalga, el torso o en la parte superior del brazo con total seguridad y eficacia. El principal problema es que siempre hay un pequeño riesgo de que se despegue. La ventaja es que evita problemas gástricos, es menos tóxico y ofrece una gran comodidad. Se suministra a través de la piel, pero su composición es similar a otros anticonceptivos orales, con una combinación de gestágenos y estrógenos.

El diario montañes, 27 de abril de 2007

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