La Iglesia Católica instó a sus fieles a no apoyar a Amnistía Internacional (AI) por su política a favor del aborto en casos especiales, y la organización de derechos humanos reaccionó diciendo que el Vaticano distorsiona su visión sobre ese tema.
El debate se inició con declaraciones del presidente del Pontificio Consejo para la Justicia y la Paz del Vaticano, el cardenal Renato Martino, quien dijo que la justificación por parte de AI de la aplicación del aborto en caso de violación o peligro para la vida o la salud de la madre es "moralmente indefendible. ¿Cómo podemos decir que matar a un niño en según qué casos está bien y en otros está mal?" Cardenal Renato Martino
En una entrevista concedida al semanario estadounidense National Catholic Register, Martino recalcó que "justificar el aborto", incluso en los casos de violación, "es definir al niño inocente que está en el interior del útero como un enemigo, como una cosa que debe ser destruida". El cardenal se preguntó: "¿Cómo podemos decir que matar a un niño en según qué casos está bien y en otros está mal?".
En sus palabras, AI con esta posición se "descalificó a sí misma como defensora de los derechos humanos", e instó a individuos y organizaciones católicas a retirar su apoyo a la ONG. "No más financiamiento católico para Amnistía Internacional después del cambio de posición de esa organización" con respecto al aborto, exhortó el prelado.
En respuesta, Kate Gilmore, subsecretaria general de AI dijo a la agencia de noticias Reuters que "la Iglesia Católica, a través de un relato distorsionado de nuestra postura sobre aspectos selectivos del aborto, pone en peligro el trabajo sobre derechos humanos. La Iglesia Católica, a través de un relato distorsionado de nuestra postura (...) pone en peligro el trabajo sobre derechos humanos". Según Gilmore, AI no promociona el aborto como un derecho universal, pero "en términos generales decimos que penalizar el manejo de la mujer de sus derechos sexuales reproductivos es la respuesta equivocada". La representante de AI agregó: "Si el cardenal hubiera estado en Darfur (la conflictiva región sudanesa) y se hubiera parado entre las víctimas de violación y las piedras arrojadas a ellas, entonces que hable acerca de si Amnistía tiene o no la integridad para mantenerse firme sobre derechos humanos".
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