Planificar, ordenar y diseñar las ciudades desde un punto de vista femenino no consiste ni más ni menos que aplicar un urbanismo de igualdad entre las personas. Si las mujeres son, por aplastante mayoría, las principales usuarias de los equipamientos y servicios públicos, incluido el transporte, ¿por qué no tenerlo en cuenta a la hora de planificar un barrio, aunque sólo sea para mejorar la calidad de vida de un colectivo desfavorecido por verse abocado a compaginar vida laboral y familiar
Leer el resto de la noticia
No hay comentarios:
Publicar un comentario