Hasta mañana por la tarde no se sabrá qué película se lleva la Palma de Oro de la 60ª edición, pero anoche ya se conocieron -y entregaron- los premios de La Semana de la Crítica. La película hispano argentina XXY, dirigida por Lucía Puenzo, fue la absoluta ganadora. El filme, que narra la historia de una adolescente hermafrodita, logró el Gran Premio de la Semana de la Crítica, el Premio de la Juventud y una mención especial dentro del tercer premio.
Escritora antes que directora, Puenzo dirigió XXY inspirada en un cuento de Sergio Bizzio. "He escrito mucho sobre adolescentes, es un mundo que siempre me ha interesado, y al leer el cuento de Bizzio me interesé por el tema y seguí investigando hasta escribir el guión de la película" que, interpretada por Ricardo Darín, Inés Efron y Martín Piroyanski, narra el miedo al propio cuerpo y el miedo a lo diferente de una chica de 15 años.
Fuente: El pais, 27 de mayo de 2007
ENTREVISTA A LUCIA PUENZO
–¿Cómo eligió a los actores?–
Martín Piroyansky (Alvaro) e Inés Efron (Alex) eran indiscutiblemente los protagonistas, pero estaban al límite de hacer creer su adolescencia, no podía esperar más. Le mandé el guión a Ricardo Darín (el padre de Alex), y al otro día me llamó y me dijo que le gustaba y lo hacía. Los actores fueron entrando en el contexto de una ópera prima. Cuando empecé a buscar posibles intérpretes que aportaran a esa genealogía, era muy crítica con esos padres de intersexuales que operaban a sus chicos. Uno rápidamente prejuzga, y yo no sé si actuaría de forma tan diferente si fuera madre primeriza y a los cuatro días viene un médico a decirme qué tengo que hacer. Quería correrme de cualquier tipo de amarillismo; poner un nene chiquito en el rol de Alex como mínimo era un poco riesgoso. Hasta que apareció Inés, y fue irremplazable. Yo vi que Inés era Alex, aunque fuera una intersexual atípica: le hace bien que fuera un poquito femenina, que saliera del lugar común.
–¿Hay huellas de Freaks, de Todd Browning, en su película?–
Creo que la diferencia es que XXY no mira a Alex como a una freak; tiene una clarísima empatía con el personaje de Inés Efron; la cámara se le enamora todo el tiempo. En otras películas, como Freaks, hay una mirada descarnada y cruel. Aquí, la cámara es más empática con el personaje. En Freaks hay más morbo. En XXY la deformidad nunca se ve; yo sabía que no quería mostrarla ni caer en esa tentación. La película se tenía que correr del morbo, incluso cuando ellos están en el galpón en la escena sexual entre Alex y Alvaro. Quería que se viera a dos pendejos cogiendo y no estar contando una anormalidad. Una cosa es que se enteren quién soy y otra cosa es mostrarles los genitales.
–Hay una curiosidad unánime en los hombres de la película por alcanzar a mirar lo que Alex oculta...–
No sólo la masculinidad está extrañada; esa madre de Carolina Peleritti simplemente está corrida a un margen porque así lo demanda la trama; y la de Bertuccelli está muy asustada con lo que le pueda pasar a su hija. La amiguita ha crecido con ella toda la vida y la inquietud está en la mirada de su padre. Los chicos lo viven con un poco más de naturalidad.Trató de explicarse mediante imágenes por qué razón la Antigüedad clásica representaba al intersexual como un plusválido: un todo, un conjunto que multiplicaba el goce y la atracción. “Pero que con el correr del tiempo se transformó paulatinamente en un minusválido”, dice. “Y justamente en ese corrimiento hay algo que me llama la atención. Por qué antes se los ponía en un lugar de riqueza y hoy se considera que deben ser castrados y enmarcados en un sistema binario de hombres y mujeres.” Exploró respuestas posibles en la conversión del objeto de deseo a la consolidación del fenómeno, pero prefirió quedarse con las preguntas abiertas. Hay una que prefiere, entre tantas que se formulan Alex y sus padres a lo largo del film, y que enlaza directamente con una vida previa a toda intención normalizadora: ¿Qué pasaría si no tuviera que elegir?
Fuente: SentidoG.com
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