24 de octubre de 2007

Obras de Rosalba Carriera y Isabella Piccini en la Exposición Pasión y negocio. El arte en la Venecia de los siglos XVII y XVIII

La aristócrata Rosalba Carriera (1675-1757) está representada con uno de sus últimos autorretratos, el género en que más destacó. La artista no dudó en utilizar su gran habilidad para ver el alma oculta tras el rostro de una persona, pero también para sus autorrepresentaciones, donde documenta sin piedad el proceso de decadencia física que la condujo a la ceguera.
Son piezas que revelan la evolución psicológica y moral de la autora, desde su primer autorretrato, de 1709, conservado en los Uffizi de Florencia, hasta el último de 1746, definitivamente alejado del estilo rococó que la hizo célebre. Su aportación no fue sólo estilística, sino también tecnológica: revolucionó la técnica del pastel y fue la primera en utilizar el marfil en las miniaturas, otorgándoles un brillo característico de toda su obra.

Aún más alejada de la frivolidad del estereotipo femenino, tanto de los salones de las damas venecianas como de los conventos de vida disipada, Isabella Piccini, una monja intelectual de origen humilde, fue una de las grandes del grabado tal y como demuestran las piezas expuestas en Barcelona. Hija de una familia de grabadores, Piccini trabajó para los mejores editores venecianos, incluidos los Remondini y, lejos de limitarse a los libros de devoción, ilustró volúmenes de historia, viajes y descubrimientos.
No fueron las únicas en alcanzar un gran protagonismo en el mundo del arte. Entre otras, también destacaron Marietta Robusti, hija de Jacopo Tintoretto, y las aún poco estudiadas Giulia Lama y Moderada Fonte.
La exposición Pasión y negocio. El arte en la Venecia de los siglos XVII y XVIII, estará abierta en La Pedrera, el centro cultural de la Fundación Caixa Catalunya en Barcelona, hasta el 27 de enero, incluiye obras de dos mujeres que, con su participación en la vida pública, el arte y los negocios, contribuyeron a hacer de Venecia un escenario insólito.
Fuente: el País. 23 de octubre de 2007

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